Aunque no podemos decir que en México “pegó con tubo” como sucedió en Norteamérica, el hecho es que Scooby-Doo sí robó un lugar en nuestros corazones (personalmente me daba flojera, aunque las fabulosas piernas de Daphne, me hacían verlo) ¿Será cierto que los cines, viendo Scooby-Doo y Scooby-Doo 2, la mayoría eran adultos? Estrenada en 1969 su época de gloria se prolongó hasta 1976 y se tornó decadente. Hanna Barbera trató de reproducir el fenómeno de “esos chicos y su perro tonto”, pero solo logró mediocres imitaciones de la talla de Clue Club, Speed Buggie y el terrible Butch Cassidy and the Sundance Kids. Ya ni hablemos de Scrappy-Doo o el primo campesino, Scooby-Dom.